lunes, 12 de julio de 2010

Cocina

Recuerdo que ella pensó  que había llorado, lo cierto es que segundos antes había bostezado y algunas lagrimas humedecieron mis ojos.
Durante esos dias solo lloraba por extraños, por que eran hermosos.
En clase siempre había una hora en la que empezaban a llorar mis ojos, no sabía si era por el ajo, la cebolla o el chile. 
Aveces nisiquiera estaba cerca de ellos.






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