Recuerdo que ella pensó que había llorado, lo cierto es que segundos antes había bostezado y algunas lagrimas humedecieron mis ojos.
Durante esos dias solo lloraba por extraños, por que eran hermosos.
En clase siempre había una hora en la que empezaban a llorar mis ojos, no sabía si era por el ajo, la cebolla o el chile.
Aveces nisiquiera estaba cerca de ellos.
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