lunes, 14 de junio de 2010

solo los barbaros carecen de memoria

"Saliendo de clase lo vi esperando el transporte, aquel que se dirige al centro de la ciudad.
Le dije a  Sarah que tenìa que comprar algunas cosas por ahi y que la verìa despuès, entonces cruzè la calle, zurcando pequeños y enormes charcos en los que podìa ver mi reflejo nervioso, cuando  lleguè,  localizè un lugar en el concreto para sentarme comodamente, ignorando la intranquilidad de mi cuerpo. Lo ví


"Hola. Te eh visto en mi escuela. ¿Cual es tu nombre?"

Eso no pasarìa mientras estuviera retozando comodamente, ignorando esta proximidad, porque, no sé por qué no tenia intención de hablarle, prefería solo verlo llegar tarde a su salón de clase e imaginar su nombre, su olor, el color de sus ojos, imaginar el numero de lunares en su piel. Inventar su número de telefono.
Cerré los ojos y caminè hacia él, olí sus hombros , su cuello, su cabello olía a coco. Le robé una libreta de su mochila ,y él sin saber que una extraña imaginaba todo eso.
Por fin vi al transporte acercarse entre la lluvia y  mientras el preparaba sus monedas para abordar sentí el frìo del ambiente por primera vez desde que llegué.
-¡Espera!.
Se volteo con desconcierto, como si no estuviera seguro que me dirigiera a el, entonces pasaron tal vez varias horas, pues en mi cabeza el tiempo se detenia sin prisas.
Cabe decir que había lunares en su cara, sus ojos eran como avellanas y  había algunas pequeñas gotas de lluvia pendiendo de su cabello.
Ahora puedo verte cuando sea, en mi recuerdo."

-K

lunes, 7 de junio de 2010

Sabes quien acaricia los ojos de las ballenas?

El petroleo.

jueves, 3 de junio de 2010